La evolución del sector inmobiliario en 2020, evidentemente, ha estado condicionada por la crisis sanitaria, pero pese al fuerte impacto que ésta ha tenido en la economía, el sector ha mostrado signos de fortaleza. Antes de que estallara la pandemia, nos movíamos en un escenario de moderados reajustes de precios y compraventas, fruto de la estabilización y madurez del sector. Un contexto que la pandemia desestabilizó tras el duro y fuerte parón de los meses de confinamiento domiciliario tras la declaración del Estado de Alarma.
Tras el confinamiento, muchas familias, a las que la crisis sanitaria no les afectó económicamente, se replantearon hacer un esfuerzo para cambiar de residencia y optar por viviendas más confortables y con mejores prestaciones adaptadas a sus circunstancias personales (necesidad de contar con más espacio para teletrabajar y para los niños, con más espacios luminosos y exteriores). También muchos intuyeron que la situación de pandemia iba para largo y apostaron por hacer una inversión a futuro. Eso, sumado a la demanda embalsada y el cierre de operaciones que no se pudieron cerrar en los meses del estado de alarma hizo que el mercado remontara, pero la segunda ola de contagios ha hecho que la demanda se haya contraído.
Desde las agencias inmobiliarias sí estamos notando un desgaste tanto a nivel psicológico, ante la incertidumbre a la hora de tomar decisiones de vender o comprar, como económico de muchos de los clientes con los que tratamos a diario. En estos momentos, y tomando como referencia los datos del INE a fecha de 31 de octubre, las compraventas han caído una media del 18% en España con respecto a 2019 y en Asturias un 12%. Pese a ello, el ladrillo ha seguido siendo un refugio para muchos y no atisbamos un cierre de año que sitúe al sector en un nivel de alerta roja. Como balance final, el comportamiento inmobiliario ha ido mejor de lo que se podía esperar en marzo, cuando estalló todo e hizo encender la alarma.
El principal pilar del mercado inmobiliario es la demanda, a la vez que el más volátil ante situaciones tan complejas como la que estamos viviendo. Pese a que hay esperanza en la vacuna, la situación económica seguirá siendo débil, especialmente en el primer trimestre. Los altos niveles de paro que castigan al nivel de renta de los hogares, el endeudamiento de las familias y la retracción del consumo e inversión, tras la destrucción de una parte del tejido empresarial del país, marcarán, si duda, la evolución de ésta.
En este sentido, los planes de ayudas y las medidas procedentes de Europa para reactivar la economía van a jugar un papel importante para el dinamismo económico, y por ende, para el sector. De ahí que, previsiblemente, en el segundo semestre la economía y el mercado laboral empiecen a mostrar signos de recuperación y esa misma evolución favorable se traduzca en las transacciones, con reajustes de precios, que aterricen al mercado inmobiliario en la senda de la estabilización.
Otro indicador positivo son las bolsas, un termómetro de lo que sucederá en la economía en los próximos meses, y desde hace dos meses la recuperación bursátil es un hecho.
Sin duda, las entidades financieras tendrán un papel importante en sustentar la demanda que necesita financiación y que ronda un 50% del total de las transacciones. En este sentido, las previsiones son de que los tipos de interés permanecerán bajos, lo que permitirá seguir pudiendo acceder a financiaciones a costes razonables.
En cuanto a tendencias de demanda, seguirá creciendo el interés por el ámbito rural, sin que esto suponga un éxodo de las ciudades, donde las áreas metropolitanas, periferias o zonas con viviendas unifamiliares y adosados fijarán la mirada del comprador.
La obra nueva seguirá con pujanza siempre que presente precios razonables, en un mercado competitivo donde se valora la excelencia en relación zona, metros, calidad y precio. Aquellos promotores que conjuguen estos 4 factores de forma adecuada lo tendrán más fácil, por lo que la compra de suelo a “cualquier precio” no se producirá; es decir; el precio compra final será un precio “razonable” y el de compra de suelo también.
Si estás valorando comprar o vender en Asturias, te podremos ayudar.
Escríbenos a cesar@agencialaplaya.com o bien llámanos al 692.27.27.27 estaremos encantados de ayudarte,
César Nozal
www.agencialaplaya.com
Más que secuelas económicas, que se aprecian evidentemente en la ralentización de las compraventas ante las dificultades de muchas personas de adquirir un inmueble, dada la difícil coyuntura laboral derivada de la pandemia, lo que ha habido es un antes y después en las tendencias y/o preferencias y necesidades de compra que hemos podido apreciar ya entre los compradores, como ha sido la importancia que ha tomado la vivienda como lugar donde pasamos más tiempo para conciliar la vida familiar como espacio de trabajo.
El factor localización a la hora de tomar la decisión de compra ha bajado en importancia frente a factores como el tamaño, luminosidad, terrazas… Y esa tendencia también marcará, sin duda, las nuevas construcciones de viviendas de futuro.
Una forma de preveer que es lo que puede pasar en el futuro en Asturias es analzar lo que ha pasado hasta ahora.
Desde el 2004 hasta hoy, hemos analizado todos los municipios Asturianos , tanto el promedio mensual por municipio a nivel de ventas medias históricas, como el promedio mensual de lo vendido en 2019 y 2020 (hasta 30/9/2020 según fuentes de Fomento).
Hemos descartado los municipios con menos de 10 transacciones para evitar desviaciones por falta de volúmen
El resultado a primera vista arroja que Oviedo ha sufrido un poco menos que Gijón o que Avilés en cuanto a variación de ventas en 2020 frente a 2019.
Por otra parte, Cudillero, Castrillón, Villaviciosa o Ribadesella destacan por el incremento de ventas a pesar del Covid. Estos municipios comparten ser municipios costeros, con atractivo turístico, y que pueden ofrecer una buena calidad de vida en un entorno rural pero no demasiado distantes de los nucleos urbanos más importantes de Asturias. Lo que confirma que las tendencias de compra tras el Covid generaron un aumento de demanda en estas zonas.